Carlson
Cuando Carlson recibió la orden de John, de inmediato se puso en acción. Salió de su despacho y se dirigió a una amplia sala de investigaciones, donde los monitores de última generación cubrían toda una pared y la tecnología era de punta.
Allí estaba el corazón de la inteligencia privada de John Walker. La sala hervía de actividad, pero cada movimiento era meticuloso. Hombres y mujeres altamente capacitados —muchos exagentes del gobierno o expolicías especializados— analizaban datos en tiempo real.
Carlson, un hombre de mediana edad, de postura erguida y semblante sereno, había trabajado para el gobierno. Muy competente, aceptó la propuesta de trabajar para John, donde o serviço seria mais tranquilo e bem remunerado.
Gracias a los contratos de colaboración entre el Grupo Walker y agencias de seguridad pública en servicios tecnológicos, Carlson tenía acceso privilegiado a cámaras repartidas por toda la ciudad, registros confidenciales y sistemas de inteligencia artificial de ra