John cruzó el vestíbulo con pasos largos y firmes. Los empleados se giraban para observarlo, sintiendo el ambiente tenso que emanaba de su presencia. Bruce llegó casi corriendo, entrando en el coche al mismo tiempo que su jefe.
— Señor, ¿ha pasado algo? —preguntó, sin aliento.
— Intentaron secuestrar a mi esposa —dijo John, la voz cargada de preocupación.
Bruce abrió los ojos, sorprendido. ¿Quién se atrevería a hacer algo así contra John Walker? Sin duda no sabían con quién se estaban metiendo.
— ¿Cuándo? ¿Está bien?
— Fue esta mañana. James logró impedirlo, pero está herido. Ya pedí a Carlson que investigue.
Bruce sabía: cuando Carlson era llamado, o los secuestradores terminaban presos o…
En el hospital, la llegada de John no pasó desapercibida. Las mujeres lo observaban con admiración: su porte, su belleza y aquella aura de autoridad no dejaban a nadie indiferente. Bruce, rápido, localizó a Elizabeth en una sala de espera VIP.
Al entrar, John la vio sentada sola, abrazándose a sí