John
John sostuvo el teléfono en la mano unos instantes después de colgar. Se recostó en la silla giratoria, hundiendo su cuerpo en la tapicería de cuero negro. Cerró los ojos, sintiendo el peso de los recientes acontecimientos sobre sus hombros, mientras la conversación con su madre resonaba en su mente.
Probablemente quería intimidar a Elizabeth con la separación, y él no podía dejar que su madre la afectara; Martha era tan testaruda como él.
"Viajando...", pensó, agarrando el teléfono con fuerza. "Eso es... Elizabeth solo está viajando, pero... ¿dónde estás realmente, Elizabeth?".
Se levantó y se acercó al ventanal. Apoyó la frente contra el frío cristal, sintiendo la tensión recorrer su espalda.
"Elizabeth... si crees que puedes huir de mí, te equivocas. Eres mi esposa", murmuró, sintiendo el peso de cada palabra. "Y te encontraré... estés donde estés". Por primera vez en mucho tiempo, no fue el orgullo lo que motivó sus acciones; fue algo que había negado durante tres años.
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