—ASS—
Para las seis de la tarde los autos que nos trasladarían al salón del hotel, dónde se llevaría a cabo la cena de compromiso, estaban ordenados frente a la entrada de la casa. Nosotras con Dana y los mellizos, iríamos con Jex, mis padres con Elliot, Jack y Thomas en otra, mi abuelo iría con José, Rosita y Gloria en la tercera y Val con Ethan y la pequeña Sofía en la última.
Era increíble el gasto en seguridad que se gastaba papá y aún así estaba pasando algo en nuestras propias narices.
Intenté comunicarme con Enzo y nada, ya no me quedaban uñas de los nervios, pero qué esperaba, si lo había desechado sin contemplación, suspiré y Dana notó mi desconsuelo.
—¿Aún no te responde?
—Aún nada.
—Déjalo un rato hermana, Enzo debe estar muy dolido con lo que pasó hoy, pero ya se le va a quitar. Él es un chico bueno, un poco sensible, pero bueno— me dice Mel guiñándome un ojo y esbozando una bella sonrisa.
—Mi némesis tiene razón, hermana. Ya verás que Enzo aparece cono si nada el día de m