Elizabeth
No hay manera.
Eso es imposible.
—Un menor de edad no tiene la capacidad suficiente para realizar o firmar contratos y lo sabes, como también está prohibido hacerlo sin la concientización del menor, debías quizás explicarme un poco. ¿Lo pensaste, papá?—la rabia no me deja fluir del todo, aunque mi mayor esfuerzo es para que comprenda su error que hasta ahora no hay posibilidades de cambiar.
Su arrepentimiento lo deja inmovilizado. En sus ojos se halla el perdón que requiero, aún así no es lo ajustado, no me basta.
Pasa sus manos por su barbilla, cierra los ojos e intenta recordar—¿Tienes presente el papel que llevaba conmigo a tu habitación? Te convencí de firmarlo con tu nombre y... no es todo, incluye una huella en negro para mayor verificación y seguridad.
Mi cabeza instantáneamente navega a lo guardado años atrás en segundos, logro rememorar nuestra conversación.
«—¡Mamá, papá no quiere comprarme helado, ya tengo mucha hambre!—grito irritada por el sonido de mi barriga.