Monique miró hacia la puerta de su clínica veterinaria al sentir que alguien entraba. No pudo evitar sonreír al ver a su amiga Amy, quien cargaba a su mascota, Cinnamon, en brazos. Tan pronto como Cinnamon vio a Monique, movió la cola emocionada.
Monique dejó a un lado su trabajo para saludar a su amiga. —Amy —dijo mientras se acercaba. Se inclinó para darle un beso en ambas mejillas antes de acariciar suavemente la cabeza de Cinnamon.
—Bueno, como me dijiste antes, querías que Cinnamon viniera a un chequeo —dijo Amy.
—Hmm... claro —respondió Monique—. Me encargaré de Cinnamon. —Extendió las manos para recibir al perro de los brazos de Amy y de inmediato comenzó el examen, realizando algunos chequeos de rutina. Monique también le hizo un ultrasonido para asegurarse de que el embarazo avanzara bien. Hasta ahora, todo parecía estar en orden, sin signos de complicaciones. Al terminar, llamó a Marisa para que continuara con los cuidados y le dio instrucciones sobre las vitaminas de Cinnam