Nunca pensé que un simple paseo para comprar cosas de bebé pudiera convertirse en el comienzo de una pesadilla silenciosa. Esa mañana desperté con una mezcla de emoción y ansiedad típica de una mamá entrando al sexto mes de embarazo. La casa todavía olía a la pintura fresca del cuarto de la bebé; Claire insistía en que debíamos dejárselo todo a los decoradores, pero yo quería elegir algunos detalles con mis propias manos. Pequeñas cosas que algún día pudiera contarle a mi hija… “Esto lo escogió mamá para ti, mi amor.”
Richard jugaba en la terraza con Marcos, mientras Ethan había salido temprano a una reunión con Tyler. Desde la propuesta que sospechaba planeaban —porque Ethan actuaba extraño, torpe, nervioso, como si escondiera un diamante en el bolsillo— decidí no armarle un drama. No quería arruinarle algo que claramente estaba preparando con emoción.
Respiré hondo y acaricié mi vientre.
—Vamos, mi amor… hoy escogemos tu primera cobijita — comprada por mamá susurré.
Pero al levantar