La batalla ha comenzado
Valeria entró sin esperar invitación y se dejó caer en el sofá con una actitud arrogante. Isabella cerró la puerta con calma y luego se paró frente a ella, cruzándose de brazos.
—Bien, dime de una vez a qué viniste —su voz sonó firme, sin un atisbo de nerviosismo.
Valeria esbozó una sonrisa ladeada y señaló el sillón frente a ella.
—Toma asiento, Isabella. La noticia que voy a darte puede hacerte caer.
Isabella arqueó una ceja, sin mostrar emoción alguna, pero decidió sentarse frente a ella.
—Bien, te escucho.
Con un aire de superioridad, Valeria sacó un sobre de su bolso y lo extendió hacia Isabella. Esta lo tomó con tranquilidad y lo abrió. Sus ojos recorrieron las primeras palabras del documento, pero en cuanto leyó "Prueba de embarazo: Positivo", cerró el sobre de inmediato.
Soltó un suspiro y dejó el sobre sobre la mesa. Luego, levantó la mirada y con un tono frío, dijo:
—¿A esto viniste? ¿A decirme que estás embarazada? Bien. Me alegro por ti. Ahora vete