Ava Davis.
Intentaba acoplarme a mi nueva vida en la mansión de mi padre en Tanglewood.
El lugar es como un cuento de hadas perdido en el tiempo: majestuoso, con sus altos techos y enormes ventanas.
Sin embargo, dentro de esta burbuja de lujo me sentía atrapada. A veces me parece que la protección de Brad y de mi padre son excesivas.
Trato de entender que solo desean mi bien y me recupero bajo la atenta mirada de los sirvientes.
“Tengo muchas ganas de recorrer Houston. “ Pienso para mis adentros.
Me acomodo en el sofá, la voz de Brad resuena en la sala contigua, habla con alguien por teléfono.
—Hoy mismo les llevaré el dinero por el trabajo realizado.
Brad, de espaldas, se muestra concentrado en la llamada, No se da cuenta de mi presencia.
—Hola, Brad. ¿Qué trabajo es ese?
—Hola, linda. Algo sin importancia —responde, con una actitud evasiva que me inquieta.
Sus ojos se quedan fijos en el suelo, y aprieta los labios.
—¿Todo bien? Pareces preocupado. ¿Necesitas dinero? —Mi voz suen