Ava Davis.

Me quedé con la mano extendida para tocar la puerta de la habitación de Brad.

Él abrió la puerta de repente y me sorprendió lo que ví.

Tenía su maleta en la mano,su ojos me miraron con una tristeza que me traspasó el alma.

—¿Y esa maleta? —

Temblaba mientras luchaba contra la tempestad de emociones que se agolpaban en mi pecho.

—Obvio,me voy—Dijo arrastrando las palabras —Ya está fuera de peligro. He cumplido con mi misión de salvar tu vida, ahora que estás con tu padre, no me necesitas.

Esas palabras me golpearon, hubiese preferido recibir una bofetada.

—¡No! Hablemos —

Las palabras brotaron de mis labios cargados de un sentimiento de culpa.

Un nudo se anidaba más profundo, en mi garganta, tragué saliva para pasarlo, pero era imposible de deshacer.

—Tú no me necesitas. Deja que me vaya y continúe con mi vida.

—¿Quién te dijo que no te necesito? —Le tapé el paso.

Él me abrazó fuerte y me arruche a su voluminosos pectorales.

—¡Te lo ruego Ava! No lo hagas más difícil.

— su