Ava Davis.
Cinco días después:
El médico examinó mis pupilas,anotaba en su informe mientras iba estudiando mis reflejos.
—Señorita Ava, ¿puede verme?
—Algo borroso,¿Qué tengo doctor?
El médico me soltó la verdad sin mucho adorno.
—A usted la han envenenado de manera sistemática,Dulce Luna,es una sustancia mortal.
Me preguntó quién me solía dar comida,dulces o bebidas.
Yo me quedé pensando,en la manada Resplandor consumía los bombones que Liam me obsequiaba,hasta hace unos días me envió un estuche a mi casa.
¿De quien más pudiera desconfiar? Mi padre no me haría daño y Camila menos;ella ha cambiado mucho.
—Señorita Ava. Haga memoria por su seguridad, hay que descubrir al culpable.
—No tengo enemigos.
El doctor me aseguró estar desarrollando un antídoto para sacar todo ese veneno de mi cuerpo.
—Por lo pronto la vamos a pasar a una habitación.
Luchaba contra el insidioso veneno que se propagaba por mi cuerpo.
“¿Quién me dio Dulce Luna?”
El miedo me invadió,
no podía confiar en nadie.