Liam Jones.
No puedo creer que lo haya encontrado allí, en medio del bullicio del congreso de negocios.
No pude disimular el enojo al ver a Alfa Edwards Hills, mi cabeza estaba caliente y su presencia me incomodaba.
Al verme, su rostro se tornó en una mueca.
—Alfa Liam —dijo con desdén. —Para mí no es un gusto verlo.
Cada vez que pensaba en él, recordaba cómo había tramado en mi contra con su hija, eso me revolvía la bilis.
—¿Cree que para mí es agradable verlo? —dije , dejando salir el rencor. —Usted y su hija me declararon la guerra sin razón. Casi logran matarme al colocar veneno en mi comida.
Su expresión cambió, pero no vi arrepentimiento en sus ojos. ¿Qué clase de persona era Alfa Liam.
—Usted no tiene ninguna prueba de lo que dice, —replicó con voz firme, pero me di cuenta de que sabía que estaba en problemas.
—No le creo nada, Edward.
Ahora más que nunca las manadas Alborada y Resplandor estaban al borde de un enfrentamiento.
Durante todo el evento, nuestras miradas se cruzar