Ava Hills.
—¡Te lo juro! No fui yo.
Miraba a Brad a los ojos, intentando leer sus pensamientos y encontrar un atisbo de confianza en su mirada.
Sabía que estaba caminando por una cuerda floja, pero tenía que intentar convencerlo de que lo que había sucedido recientemente me había tomado por sorpresa tanto como a él.
No era la primera vez que me enfrentaba a situaciones complicadas, pero esta era diferente, los daños eran graves.
—Tranquila, mi amor. Yo te creo todo lo que me digas —dijo Brad, con cierto aire de protección que intentaba calmarme.
Su voz trataba de ser un bálsamo, pero no había forma de que pudiera estar tranquila ante tales acusaciones.
Desde aquella vez que quise darle su buen susto yo no había dado más órdenes a Celso.
No voy a buscar a Liam para explicar nada, es obvio que ya se formó una idea errónea y me cree responsable de lo sucedido en Resplandor.
—Brad, ¿cómo se le ocurre a Liam pensar que soy capaz de tanto? — Mis palabras fluyeron rápido, impulsadas por el m