38. En el despacho
38
Eva
Después de hablar con Melania, fui directo al despacho de mi padre, Jasper. Toqué dos veces antes de recibir permiso para entrar. Al hacerlo, lo encontré concentrado en unos documentos. Dentro de poco sería la ceremonia de alfa de mi hermano. Me habían ofrecido la manada, pero rechacé la propuesta. Solo quería tranquilidad: llevar a las niñas al colegio, entrenar y seguir con mi vida. Así me gustaba.
Sin embargo, ahora debía regresar, y era mejor planearlo.
—Padre, ¿cómo has estado? —pregunté mientras me sentaba frente a su escritorio.
—Estoy muy bien, hija, y todo gracias a ti y a esos brebajes mágicos.
—No son mágicos —reí—, es medicina experimental —le recordé.
—Eso, eso… —rió en voz baja—. ¿Qué te trae por aquí, princesa?
Para todos, mi padre era un alfa serio y frío, pero con su familia se transformaba en un enorme oso de peluche.
Respiré hondo antes de soltar la noticia.
—Regresaré a mi antigua manada.
La expresión de mi padre cambió de inmediato. Su rostro pasó por varios