68. Camino hacia los recuerdos
Malcolm y Zacary obedecieron sin protestar, dejando a madre e hija solas en la habitación. Mientras Josephine ayudaba a Lyra a desvestirse y entrar en la bañera, Malcolm y Zacary esperaban en el pasillo, sumidos en un silencio incómodo que ninguno parecía capaz de romper.
Fue entonces que, cuando los mellizos estuvieron lo suficientemente ocupados con sus respectivos baños —primero Lyra y luego Zacary—, Josephine se dirigió hacia los fogones para comenzar los preparativos del almuerzo. Su mente trabajaba aceleradamente, intentando procesar todo lo ocurrido. Había aceptado convertirse en la amante de Malcolm, siendo esa una decisión que la llenaba de sentimientos contradictorios: culpa, emoción, esperanza y miedo entremezclados en proporciones iguales.
Mientras cortaba verduras de forma distraída, reflexionaba sobre las implicaciones de su acuerdo. Por un lado, mantendría a sus hijos seguros y les proporcionaría la estabilidad que tanto necesitaban. Por otro, se entregaría al hombre que