208. El amor de los sobrevivientes
Al mismo tiempo, en la habitación contigua, Gael y Nelly ya habían progresado más allá de las preliminares y estaban haciendo el amor con una pasión que combinaba días de amor reprimido con la emoción de nuevas posibilidades.
Estaban sentados en la cama, ambos completamente desnudos, con Nelly a horcajadas sobre Gael mientras se movían en un ritmo que hablaba de desesperación contenida durante demasiado tiempo. Las manos de Gael sostienen las caderas de su esposa, guiándola mientras ella se movía sobre él con una gracia que era tanto sensual como poderosa.
—Nelly —murmuró Gael, con su voz entrecortada por el placer sin dejar de penetrarla—, cuando lleguemos a tener nuestros propios hijos...
—Cuando —confirmó Nelly, inclinándose para besarlo mientras continuaba moviéndose de arriba hacia abajo—. No cuando “lleguemos” deberías decir mejor, cuando los tengamos. Porque ahora tenemos esa elección, Gael. Finalmente tenemos el poder sobre nuestro futuro.
La sensación de tener control sobre s