185. Siguiendo al humo verde
Gael había estado observando el ambiente con ojos estratégicos, evaluando tanto las oportunidades como las amenazas potenciales.
—Este lugar es perfecto para perderse —observó—. Tantas personas, tanto ruido, tanta actividad constante. Nadie prestará atención a una familia más entre todas las que ya están aquí.
—Pero también será fácil perdernos nosotros mismos —señaló Nelly—. Estas calles son como un laberinto, no se separen, y con tantos olores, será difícil encontrar las esencias de todos.
—Yo podría encontrarlos —dijo Zacary con una mínima sonrisa engreída —mi olfato es excepcional.
—Y el mío también, aunque no soy un petulante como “otros” para admitirlo en voz alta.
Zacary solo revoloteó sus ojos sin decir nada más, aunque de cierta forma era cierto en parte a lo de perderse en esa ciudad industrial. Las calles de Vaporaria no seguían el patrón de cuadrícula ordenado que habían visto en otras ciudades. En su lugar, serpenteaban alrededor de fábricas, tiendas de repuestos y demás,