183. Cuarenta y cinco minutos de prueba
Los siguientes cuarenta y cinco minutos fueron una prueba de resistencia para toda la manada McTavish. El calor en el compartimento de máquinas era casi insoportable, y el ruido constante de los motores hacía difícil la comunicación excepto por gritos entre todos. Posiblemente hacían unos cincuenta grados ahí dentro. Logan y River, siendo los más pequeños, fueron los más afectados por las condiciones. Josephine los mantuvo cerca, dándoles pequeños sorbos de agua a intervalos regulares y usando paños húmedos para mantener sus temperaturas corporales bajo control, aunque a ella también le afectaba, le preocupaban más los más pequeños, porque todos los lobos, parecían tener una mayor resistencia.
—¿Cuánto falta, mami? —preguntó Logan con su vocecita débil por el calor mientras jadeaba.
—No mucho más, mi amor —prometió Josephine, aunque ella misma estaba luchando contra el ambiente sofocante—. Piensa en todas las cosas nuevas que vamos a ver cuando lleguemos arriba.
River había cerrado los