125. Miradas que comunican
Los pensamientos de Malcolm se vieron interrumpidos por la realidad de su nueva situación. El collar alrededor de su cuello era un recordatorio constante de su degradación, del hecho de que ya no era un Alfa respetado sino un Omega le resultaba repulsiva. La pérdida de su capacidad de transformación lo hacía sentir más incompleto que antes, como si le hubieran amputado una parte esencial de su ser, como si ya no fuera suficiente con su olfato y su oído.
Entonces mientras él reflexionaba sobre sus limitadas opciones, notó que Josephine se había puesto pálida repentinamente. La Druida se había quedado muy quieta, con una expresión de concentración que gradualmente dio paso a algo que parecía ser aprensión. De repente, se llevó una mano a la boca, con una expresión de náusea evidente que no pudo disimular.
—¿Josie? ¿Qué ocurre? ¡Josie! —exclamó Malcolm, levantándose de inmediato y haciendo que Lyra tuviera que agarrarse de él para no caerse—. ¿Te sientes mal?
Josephine intentó responder,