121. Hermanos enemigos
El Druida Alder dio un paso adelante, con sus ojos brillantes de asombro y reconocimiento. Josephine alzó la mirada y lo vio, al igual que Malcolm no habían notado su presencia hasta ahora.
—¿Druida Alder? ¡Druida Alder! —exclamó Josephine mientras Lyra y Zacary ayudaban a levantar a Malcolm.
Malcolm, Josephine y los niños, siguiendo a sus padres, se acercaron al Druida Alder, quien los abrazó a todos con emoción. Se le veía feliz y sorprendido, pero a la vez triste porque no era un buen lugar para un encuentro.
—Por todos los dioses antiguos —musitó el Druida en medio del abrazo—. Josephine... ¡eres una Druida Dorada! Entonces sí era verdad...
—¿Una qué? —preguntó Zacary, tan confundido como el resto.
Nelly se acercó a Gael, entregándole su espada mientras le decía:
—¿Podrías calmarte un momento e intentar matar a tu hermano en otra ocasión? Ha ocurrido algo increíble y quiero saber qué está pasando.
—Sí... yo también —admitió Gael, envainando su espada—. Ya intentaré matarlo más tard