Capítulo 75. Propuestas sospechosas.
Cuando Salomé despertó por la mañana, sintió que su cuerpo le pedía quedarse más horas. Odiaba que la hayan despertado tan tarde para pedirle hacer una impresión como si no pudiera hacerlo su secretaria. Encontró el teléfono en la cama y lo devolvió a su lugar, aunque apenas lo colocó, este timbró
—¿Qué parte de que lo haré no queda claro?
—¿Por qué estás tan ofuscada?— Julián parecía agitado.
—¿Te parece poco llamar una tercera vez anoche? Por poco y no duermo— le discutió.
—Te llamé una vez porque colgaste, la segunda para confirmar, pero no hice una tercera llamada— Julián abrió la boca para continuar.
—No mientas. Hasta me quedé con el teléfono...
—Salomé, no lo hice— agregó su prometido. —Tal vez lo hizo De la Riva.
La mujer en pijama abrió y cerró la boca en varias ocasiones. Eso no podía ser verdad, porque Vito se había quedado a dormir en uno de los dormitorios de la casa. ¿Por qué le llamaría si estaba en la casa?
—¿Salomé?
—Si...ya sé quien fue— mintió.
O no del todo.