—¿Y esa sangre?— Johan escuchó la voz de Anthony en cuanto cruzó hacia el refrigerador para tomar una botella con agua, dejando su saco sobre uno de los sofás.

—Un percance— contestó mientras pasaba el líquido que pasó a tragos grandes. Ni siquiera lo había notado, pero tampoco iba a decirle dónde lo había obtenido.

Su primo dejó de lado el computador en el cual trabajaba, para apoyar la espalda, mientras se hacía del vaso que colocó en sus labios. Tenía más que una mancha de sangre y la ropa de desajustada, como si ese percance fuera más de lo que aparentaba.

—¿Viste el último sondeo?— cambió de tema en lugar de entrometerse en algo que no le interesaba. Estaba harto de ver temas personales de otros influir en su vida cotidiana y no pensaba incluir los de Johan también.

—Hay un repunte en el margen —respondió Johan, dejando la botella vacía sobre la barra de la cocina, mientras retiraba su corbata—. Nada que me sorprenda.

Anthony enarcó una ceja, percibiendo el tedio en su tono de v