Capítulo 48. Delirio.
—No quiero sonar como alguien que da pie a la cizaña, señor —mencionó Isla recogiendo sus cosas— pero Zadye es muy curiosa y ha estado indagando sobre sus salidas.
—Me di cuenta— Johan se ajustó las solapas de su saco. —Me ha seguido.
—¿Lo ha...?
—Demuestra que puedo confiar en tí y no le quites los ojos de encima— demandó hacia su asistente. —No la puedo despedir y no me puedo dar el lujo de exigirle que se marche, sin generar habladurías que me afecten ante los medios. Su padre es socio y hermano de la cadena de comunicación más grande de New York, usarían eso.
—Se puede arreglar de otro modo— Isla sabía que tenían recursos para callar bocas. Justo como la amenaza recién recibida.
—No puedo permitirme esas cosas por ahora— suspiró Johan. —Se supone que soy solo un político más. Por ahora seguiremos esa línea.
—Como usted lo prefiera— salieron de la habitación juntos, llegaron del mismo modo al restaurante, separándose cuando Johan se reunión con su equipo de trabajo.
La encar