—Toda la información que querías la tengo aquí— dijo Vito con algunas carpetas en las manos. —Además, terminé con la búsqueda de todo lo que solicitó el abogado, así que puedes llamarlo para llevarlo a su despacho o donde lo decida.

—¿Tienes todo?— se sorprendió Théa mirando los documentos dentro de las carpetas que confirmó eran todos. —¿Como pudiste?

—Encontré amigos en High Star que ahora fueron de mucha utilidad— reveló orgulloso. —De hecho, el pago fue una visita. Si no necesitas nada más, me gustaría cumplir con esa promesa.

—Lleva algo de mi parte en agradecimiento— sacó dinero de su bolsillo, tomando las carpetas contra su pecho. —Y cuídate en la autopista, recuerda lo que dijo Salomé.

—Lo tengo presente. Además no iré solo — mencionó el tipo de pantalones oscuros, a quien Théa le ajustó el cuello de la camisa azul marino.

—Como ya sospecho de quien se trata, debes mantener una imagen impecable, a las mujeres nos gusta un hombre que cuida su apariencia— le ajustó la esquina