Capítulo 165. Théa Fierro.
El Independiente, periódico propiedad de Robinsón Fierro, había dejado de ser el referente mordaz del periodismo político que alguna vez fue. En tan sólo días, ya no tenían la preferencia absoluta de quienes sabían la calidad de editores con los que contaba.
Desde que su fundador fue acusado de pederastia, las suscripciones cayeron, los patrocinadores desaparecieron y el nombre “Fierro” se volvió una grieta en lugar de un sello de credibilidad.
Ahora los números no solo eran rojos, estaban drenando su vida profesional.
En la sala de juntas, los dos socios revisaban informes financieros con la resignación que habían adquirido los últimos días. Veían hundirse su barco y parte de la tripulación al saber que uno de los editores ya habían presentado su carta de renuncia.
Frente a ellos, Théa Fierro no parecía compartir la derrota. Llevaba el cabello recogido, los labios pintados del mismo color que sus uñas, y la mirada fija en la pantalla, mientras Navir permanecía a su lado esperando a q