—¿Qué pasa? Nuestra niña va a estar bien— Angel le habla a su esposa, se veía algo atormentada.
—Estuvimos a punto de perderlos a los dos, mi hijo parece fuerte, no iba a soportar vivir sin ella—.
—Lo sé, amor, nosotros tampoco hubiésemos podido volver a la normalidad sin esa criaturita en nuestras vidas— Abrazó a su esposa y ambos miraron a su nieto que ella tenía en brazos.
—Deseo con todo mi corazón precisamente eso, que finalmente podamos llevarla a casa, que vuelva todo a como estaba antes—.
—Deseo exactamente lo mismo—.
*
—Amor...
Alexander ha estado pendiente al más mínimo movimiento de su esposa, ella no era capaz de permanecer mucho tiempo despierta, cualquier cosa le significaba hacer un gran esfuerzo.
—Nena, no hables—.
—¿Qué tiempo tengo aquí?—.
—Faltaría poco para dos semanas—.
—Parece que... no has dormido en días— Él no sabía qué responderle. —¿Has estado comiendo bien?—.
—Sí, he comido— «En la condición que ella estaba, se preocupaba por mí» —Mi princesa, no te esfuer