—Se lo he pedido de favor, le dije que has visto de todo en esta vida y que no vas a interferir, que ni siquiera tus superiores consideraron que no estabas apto para encabezar tú mismo la búsqueda de tú esposa. Nosotros también queremos estar con ella, por lo menos ya la vimos por aquí. Nos encargaremos de mi nieto, vendré a buscarte para que comas algo después—.
—Muchas gracias, papá—.
—Ahora más que nunca tenemos que ser positivos, entiendo que es mucho pedir, hijo mío y que es muy doloroso verla así, pero hay que inténtalo al menos—.
Él asintió con el corazón más que desgarrado.
—¿Tadeo te dijo el por qué además de todo lo que lleva puesto le pusieron un collarín? No le llegué a preguntar a la enfermera—.
—Sí, porque me pregunté lo mismo, es para mantenerla en la misma posición, no es que tenga nada adicional—.
—Está bien—.
Alexander entró nuevamente y se quedó con ella.
*
—Mamá, tranquila— Ignacio se encontraba a su lado en la sala de espera de la UCI, Eleonor estaba completament