Al salir de la oficina de Liah, cuando fui echado como un perro, le di órdenes a Luis y a Idel de doblegar su seguridad, la de la casa y la hacienda. No me agrada la actitud de ese hombre, mucho menos si trabaja con Twin Ju.
Después de eso, maneje a la hacienda para hablar con Demetry y revisar algunos pendientes, algo que no le agrada. Lo que no esperaba era encontrar a don Juan aquí.
—Don Juan, qué gusto tenerlo aquí, —dije.
—Muchacho, ¿cómo estás? Vine a revisar la documentación con Demetry.
Apenas me observó antes de concentrarse en la computadora y los papeles.
—Qué bueno que usted esté aquí, así podemos conversar de los cambios y la revisión de los empleados.
Demetry me ve con rabia y se aparta mientras verifico todos los papeles y los expedientes.
—No soy tonto para no saber que estás haciendo esto por algo. Mejor dime, ¿qué pasa? ¾dice.
—Si te digo, cometerás una imprudencia.
—Ahora soy un imprudente, muy bien, sigo sumando mis cualidades en esa lista. No desconf