Paolo tiene agarrado del cuello a Samuel, levantándolo sin dificultad.
- Paolo, ¡suéltalo, lo matarás! - Este me mira con sus ojos inyectados de furia.
- ¿Lo estás defendiendo?!
- Solo déjalo. - Este lo suelta y le da una patada cuando está en el suelo. Me agacho para ver que esté bien, pero Paolo me detiene.
- Vístete y ni sueñes que esas fotos serán publicadas. - Me río secamente.
- Tarde, ya fueron publicadas.
- ¡Déjala ya! - Samuel se levanta del suelo adoptando una postura de defensa.
- Déjala tranquila.
- ¡Que me lo diga ella! - Grita Samuel.
- Ella es mía, y escúchame bien, vamos a tener dos hermosos bebés. - Samuel deja de mirar a Paolo y luego posa su mirada en mí.
- ¿Es verdad eso? - Ganas de llorar es lo que siento.
- Sí, Samuel. - Este da un golpe a la pared.
- Durante años te rogué que estuviéramos juntos y llega este y, sin pensarlo, te acuestas con él ¡dándole hijos!
- No, Samuel, las cosas...
- ¡Cállate! Claro, como tiene más dinero... - Lágrimas comienzan