Archi miraba a esos hombres con ojos bien grandes
—¿De verdad quiere que haga eso? Pero, ¿Para qué? ¿No considera que eso es peligroso, que lo pondría en la mira de Suárez?
—Eso no importa, Archi, eso es justo lo que quiero, así que no te angusties.
El hombre tomó una cruz de oro y se la dio.
—Solo deja caer esto en tu próximo asalto, será suficiente para mí, si Lord Di Tacco te pregunta, dile que es solo mi responsabilidad, que obedeciste lo que te pedí, ahora debo irme, y te deseo buena suerte.
Archi lo vio irse, pensaba que ese hombre tenía una pinta de caballero andante, él quería tener esa pinta, así, seguramente Larissa estaría orgullosa de él, pensó en ella, la extrañaba tanto.
Larissa entró a mirar cómo se encontraba Lana, y ella notó de inmediato que algo malo sucedía
—Por favor, solo dime que es lo que pasa.
—Nada, solo estoy agotada
—¿Es mi hermano? ¿Acaso te hizo algo malo?
—¡No! Archi me ama, no creas mal de él, Archi es capaz de muchas cosas pro amor, Lana, no e