Lana corría tras la camilla del hospital, Larissa iba justo detrás, y las detuvieron
—¡Soy enfermera! Déjame entrar, ¡Soy su prometida! 1exclamó
—Espere, por favor, no está en condiciones de ingresar.
Lana tuvo que respirar profundo y controlarse Larissa la abrazó
—Sé que Damiana tuvo que ver con esto, ella era la única que estaba en la casa, junto a Aaron, ¿Casualmente no estaba cuando llegamos? Demasiado conveniente —exclamó Lana
Larissa le miró intrigada
—¿Cómo está mi hermano?
Lana se acercó a ella y de pronto le encestó tremenda bofetada a Damiana
—¡¿Qué te sucede, idiota?!
—¡Sé que has sido tú, Damiana! No trates de mentir, sé que has tenido que ver con lo que le pasó a Aaron.
—¡¿Qué?! ¡Yo no he hecho nada!
—En cuánto Aaron se recupere, me encargaré de que te eche a la calle, lo juro, no voy a permitir que sigas lastimándonos —exclamó Lana con rabia
Larissa miró a Damiana con gran decepción
—¿Has tenido que ver? No puedo creerlo, no aprenderás, jamás.
—¿Tú también?