Desde ese momento Valeska se dio la oportunidad de dejar que Lisandro, ese hombre que ahora parecía tener bloqueados los recuerdos que lo ataban a ella, se acercara nuevamente. No bajaría la guardia, no por completo, porque su corazón aún estaba intentando recuperarse de todo lo que pasó durante ese largo tiempo.

Él, el hombre que parecía haber olvidado todas las huellas de Valeska en su vida, era el mismo que insistía para regresar a ella.

Algunas personas dicen que cuando el destino decide algo para una persona, no importa lo que haga, todos sus caminos la llevarán a ella. Y ahí estaba Valeska, intentando con todas sus fuerzas alejarse de Lisandro, pero, la vida misma y su propia terquedad, la terminaban acercando.

—Te prometo, que va a valer la pena — susurró Lisandro con una pequeña sonrisa en el rostro.

Él estaba resuelto a solucionar todos los desastres que ocasionó en la vida de su esposa, desastres de los cuales, no podía tener memoria.

Cumpliendo con su palabra, Valeska lo a