Damián reacciona ante la pregunta, sus ojos se abren con sorpresa, como si la pregunta fuera un golpe directo que lo desarmara. Sus labios se abren, pero no sabe cómo responder, no sabe que mentira planificar o que excusa sacar. Hay algo en la forma en que ella lo mira, la calma con la que plantea sus dudas, que lo descoloca, lo hace sentir acorralado y odiaba sentirse de esa manera.
Erika, por su parte, no espera una respuesta inmediata. Ya tiene en mente las piezas del rompecabezas que él le ha mostrado durante tanto tiempo, y la imagen que tiene de él empieza a desmoronarse poco a poco.
—Ayer revisé su perfil en redes sociales. Es muy detallado. Tiene documentada toda su relación contigo… Hasta ayer, todavía estaba actualizándolo.
El golpe cae, y por un momento, Damián siente que el suelo tiembla bajo sus pies. Intenta decir algo, pero sus palabras se ahogan en la garganta, como si el aire hubiera dejado de existir de repente. La tensión se hace palpable en el aire entre ellos, un