**KLAUS**
Ella, demostrando poseer ciertos conocimientos sobre enología, apenas tuve tiempo de servirle una copa cuando ya estaba describiendo las características y matices del vino, con una precisión sorprendente. Parecía conocer muy bien la variedad de uva y la región de procedencia. Su entusiasmo por el vino, lejos de intimidarme, me resultó encantador. Me senté frente a ella, con mi propia copa, y nos sumergimos en una conversación que fluyó con la misma suavidad que el vino en nuestros paladares.
—Me tienes sorprendido.
—¿Por qué?
—Aparte de bella, eres una chica muy inteligente.
—Lo dices por lo del vino. En casa mi padre disfruta de beber buen vino y de tanto escucharlo que ahora sé distinguirlos.
—¿Extrañas a tu padre?
—Sé que ha tratado de ser un buen padre, pero su sobreprotección me asfixia. Cuéntame de ti, Klaus, no sé nada de tu vida.
—Es aburrida, lo más interesante es cuando estoy de tu compañía. —me acerqué a ella con cautela.
La luz tenue de la habitación, combinad