Mundo ficciónIniciar sesión—¿Usted vio a la señorita Larraín aquel día entrar al edificio, pero no la vio salir? —Insistió una vez más Diego al conserje.
—Así es, señor.
—¿Pudo no haber visto cuando salía?
—No, señor, si no la hubiese visto yo, la hubiese visto mi compañero, nadie entra ni sale del edificio sin que nosotros lo veamos.
—¿Cómo puede estar tan seguro?
—Porque en ese edificio, nadie tiene llave del portón de afuera, la puerta se abre con portero electrónico y sólo nosotros tenemos la llave.
—Es decir que aquella noche ella no salió.
—No, señor, no salió.
—No más preguntas, Su Señoría —dijo Diego sin convencimiento.
—La defensa —anunció el secretario.
—No tengo pregu







