Cerca de allí, Blake, que había estado escuchando, carraspeó y rápidamente llamó a alguien, dándole la orden de retirarse.
Pero Blake no era ningún ingenuo. Había planeado todo desde el principio. Quería ver cómo reaccionaba Bianca, descubrir si ella sabía dónde estaba Reese o si escondía algo.
Al ver lo tranquila que Bianca se mantenía, supuso que no sabía nada. Al menos, por ahora.
—Blake está justo a mi lado. Ya llamó a su equipo, así que deberían estar yéndose pronto —dijo Bianca con naturalidad, sabiendo que él podía oírla—. Reese debería estar bien, pero aún no la hemos encontrado. Si aparece en la oficina, avísame enseguida.
—Entendido. Le pediré ayuda a Brandon. Él tiene contactos.
Diana miró a Brandon, que descansaba despreocupado cerca de ella.
—¡Brandon! ¡Deja de perder el tiempo y muévete!
Su voz perezosa se oyó al otro lado del teléfono.
—Sí, sí, ya voy. Pero, en serio, ¿cuál es el problema? ¿Acaso Reese no publicó algo? El internet siempre exagera todo. La gente está lo