Dave soltó una leve risa.
—Entonces, ¿por qué te ves tan nerviosa? Piensa bien cómo terminaste aquí.
Los ojos de Reese se abrieron de par en par al comprender la verdad. La sonrisa de Dave la cortó como un cuchillo. El pánico se apoderó de ella. Había pasado por alto algo importante. Su plan se había derrumbado. Y fue el hombre de Dave quien la atrapó. ¿Acaso él lo había descubierto todo, incluso la implicación de Blake, desde el principio?
No dijo una palabra. Pero su silencio le reveló a Dave todo lo que necesitaba saber.
—Estaba faroleando —se burló—. Pero tu cara mostró la verdad. Blake es quien mueve los hilos.
Se recostó en el sofá, uniendo las manos, con la actitud de un rey que ya sabía que había ganado.
—Pero aquí está lo que Blake no vio venir. Fallaste, luego desapareciste, y ahora todos cuestionan la seguridad del Lawson Hotel. Su reputación se está desmoronando.
Reese estaba sin palabras. Lo miraba, incrédula.
—¿Tú… tú solo me mentías?
—Blake tenía razón sobre ti. Eres re