Al escuchar a Ricardo decir que no había problema, el rostro de Lucía se puso bastante serio.
Ricardo sonrió tratando de apaciguarla:
—¿Dónde te escondiste? Felipe está dispuesto a voltear todo Puerto Real con tal de encontrarte.
—Y otra cosa, ¿me bloqueaste? Me pidió que te llamara y no pude comunicarme contigo.
Lucía efectivamente había bloqueado los números de todas las personas cercanas a Felipe.
Incluyendo a Ricardo.
—¿Qué tanto puede hacer él? Como mucho, armar escándalo en el Residencial Elite y con Tamara —dijo Lucía.
—Exacto. No te encontró y ahora está desesperado.
Al escuchar eso, Lucía frunció el ceño:
—Entonces, ¿él te mandó a buscarme?
—Pues sí, pero no tienes que decirme dónde estás.
Lucía se quedó callada.
Al escuchar esas palabras de Ricardo, Lucía recorrió la galería con la mirada.
Antes de que pudiera hablar, Ricardo se adelantó:
—Tranquila, no le dije ni media palabra sobre que tienes un estudio y una galería a tu nombre.
Sobre todo ahora que todo esto está tan albo