En la habitación de Jenifer había varias visitas.
Ella le había dado a la familia Torres un par de mellizos, así que hasta Doña Torres y Alberto Torres, el padre de Felipe habían venido a verla.
Cuando Isabel regresó a la habitación, Alberto y la abuela ya se habían ido.
Solo quedaban Carla Torres y Andrea Torres.
Toda la familia Torres creía que Jenifer estaba enferma, con depresión, y que confundía a Felipe con Carlos.
En cuanto Isabel entró, vio a su hija Andrea tomando la mano de Jenifer para consolarla:
—Jenifer, quédate tranquila. Carlos solo te tiene a ti. Solo fue a trabajar, no se va a ir.
—¿De verdad?
Jenifer preguntó entre sollozos.
Andrea asintió:
—Claro que es verdad. Lo más importante ahora es que te recuperes, que cuides tu cuerpo.
Jenifer continuó:
—¿Pero por qué Lucía me hace esto? ¿Qué hice mal para que me trate así?
Mencionar a Lucía hacía que todos se pusieran tensos.
Desde que Lucía se convirtió parte de la familia Torres, por la actitud de Doña Torres hacia ella,