Punto de vista de Lucious

Miré fijamente los documentos que tenía en la mano. Casi de inmediato, los dejé caer sobre la mesa. Levanté la cabeza, con la barbilla recta.

La miré directamente a los ojos y una sonrisa socarrona se dibujó en mis labios. "Agatha, ¿creía que te habían dicho que hicieras el trabajo con limpieza?", dije con voz fría.

"Sí, jefa", dijo en voz baja y sutil. Bajó la cabeza, incapaz de sostener mi mirada.

El sudor le perlaba la cara; las marcas de latigazos eran evidentes. Sonreí. "Sigues siendo tan leal a tu jefa", dije, mientras me dirigía a mi asiento.

"Más de lo que yo podría serte jamás", susurró.

A pesar de estar atada, el muy cabrón todavía tiene las agallas de responder. Vaya. Esto se estaba poniendo más interesante.

"Parece que no te importa tu vida", dije en voz baja. "Dale una bofetada", ordené.

¡Bang! La bofetada fue tan fuerte como la deseaba. Pero aun así, se rió.

"¿Qué espera una canalla como yo?", preguntó. Inmediatamente, abrió la boca y continuó.