Había pasado noches en vela, preguntándose por qué todo había salido tan mal. ¿Por qué el hombre perfecto era también quien más odiaba a su familia? ¿Por qué era él quien la había traicionado tan fácilmente? Parecía una broma cruel, un giro trágico del destino.
¿Y Javier? Aparentemente, no estaba tan afectado por lo sucedido, seguía adelante con el acuerdo de Sunny Side. No. Había vuelto al trabajo, amasando su fortuna. Perfecto. Su mirada se posó en la foto que acompañaba el titular. Javier tenía esa sonrisa, esa que no solía mostrar, esa que había que arrancarle con insistencia porque era muy reservado. Extrañaba tanto esa sonrisa que le dolía. Y era una añoranza que iba más allá de él; era una añoranza de cómo había sido con él: feliz. Era también una añoranza de las posibilidades de un futuro juntos. Entre la enfermedad y la muerte de su padre, y los problemas de la empresa, el futuro se había presentado sombrío e incierto durante más de un año. La idea de "nosotros" la había sacad