Capítulo 8. La esposa del jefe
El Narrador:
Jennifer, nerviosa como se sentía, se fue soltando poco a poco de la mano de Brad, para no despertar sospechas, ante su socio, quien le perturbaba mucho. Especialmente, por la cicatriz fea en su rostro, la cual parecía haber sido hecha con un arma blanca.
—¡Estás temblando mi amor! —expresó Brad, tomando nuevamente la mano de ella y preocupado por el rostro de temor que reflejaba ella al mirar a su socio.
—Si creo que es normal, ¿no te parece? —preguntó ella, en un susurro, tratando de soltarse de su mano, lo cual no logró.
—Rodrigo ¿Cuántos días estarás entre nosotros? —preguntó Brad, desviando su atención hacia el hijo de su socio, quien parecía sentirse inquieto, sobre todo por haber expuesto su rostro, ante estos desconocidos. Alguien lo pudiera reconocer.
—Solo estaré unas horas, porque como te dije cuando llegué, de aquí salgo a Islas Vírgenes, en donde me están esperando —expresó él, llevándose la mano a la nariz.
Este gesto, llamó poderosamente la atención de Brad