CAPÍTULO 7. Matrimonio
A la semana siguiente...
El Narrador:
El viernes de la semana siguiente, en el más grande puerto de Columbia, atracó uno de los cruceros de Transporte Internacional Smith, propiedad de Brad y su familia. Él, recuperado de su herida, esperaba con ansia una mercancía proveniente de África.
—¿Cómo que le entregaron la mercancía al hijo de Rodrigo? —gruñó Brad, enojado, respondiendo una llamada internacional, caminando cerca del atracadero, esperando que baje su tripulación.
—¡Tranquilo, Rey! Ese hombre es cien por ciento confiable. Cualquier cosa, él será responsable, porque las porta encima ¡jo, jo, jo! —sonó una risa socarrona del otro lado de la línea, por lo que Brad se despegó, el celular de su oído.
—¡Sabes muy bien, que no me conviene me vinculen con este! Está más solicitado que mis consentidas —forma como él denomina a las piedras preciosas— Tampoco me gusta deber favores —añadió Brad, controlando su ira.
—Es cuestión de evaluar, ¿quién debe favor a quién? Porque, él no era pas