A medida que los dias avanzaban, las dinámicas de la casa cambiaban lentamente. Un amigo de Naiara apareció de paracaídas...Carlos, pero se hacía llamar Carla, porque era un chico que se sentía ser una chica.
Carla, Mónica y Sofía, parecían disfrutar de la tranquilidad que ofrecía la isla, y aunque Aziel seguía siendo el hombre de pocos gestos, no pudo evitar notar la química entre las dos primas de Naiara y su amigo. Había algo en esa amistad de cuatro que lo hacía sentirse extraño, pero al mismo tiempo lo comprendía. Aziel dormía en el sofá y Carla dormía en una cama de aire junto a Aziel, mientras que las primas dormía. en la habitación de Aziel y Naiara en su habitación.
La presencia de ellas en la casa no solo trajo diversión, sino también una sensación de normalidad que Naiara parecía haber perdido desde que él se mudó a vivir con ella. A pesar de que las complicaciones seguían presentes en sus vidas, tener a alguien como Carla cerca le recordaba a Naiara que, a pesar de todo, a