Narra Alana.
Me siento inquieta desde la mañana, un mal presentimiento desde que se llevaron a Isaac, sentí como mi corazón se desarmó cuando él salió del baño tosiendo y cayendo de rodillas al suelo.
Pero no tuve oportunidad de nada, Marchal entró como si estuviera vigilando y rápidamente me pidió que me quedara aquí en la habitación. estaba tan nerviosa que solo obedecí, pero nadie ha subido,nadie me dice nada.
De pronto alguien golpea la puerta y corro a ver quien es, mis ojos se plasman en el rostro triste de beyota, la sensación en mi pecho se hace tan grande que solo me impulsa a abrazarla.
—Tranquila amiga, el alfa está bien… quiere verte.
—¿Pero dónde está?... que le ha pasado. _ comienzo a interrogarla pero noto que ella no me dirá nada, por eso tomo mi abrigo y la sigo.
—Veo que tus sentimientos por el alfa han crecido. _me detengo por unos segundo a mirarla, pero su sonrisa juguetona me hace avanzar nuevamente.
No se que responderle, mi corazón palpita con fuerza con