Logan pagó la cuenta y salieron a toda prisa.
Chelsea iba al frente y Logan tras ella. No entendía si se sentía mal, como era que, caminaba tan acelerada.
Llegaron al coche y no pronunciaron palabra alguna hasta llegar a la floristería.
—Gracias por el desayuno —comentó tímida—y perdón por salir así. Es que de verdad me sentí mal.
—No debes pedir disculpas si es por esa razón. No es algo que controles —declaró.
—Quisiera compensarte. Podría invitarte algo en casa mañana, algo que prepararía para ti, así no tendríamos que salir a ningún otro lugar —se apuró a decir la chica.
Logan realmente no quería seguir dándole esperanzas.
Intentó sacarse a Mónic de la cabeza, pero estar en ese sitio solo le recordó la primera vez que tuvo contacto con ella, donde casi la besó en los labios.
—No es necesario, no es tu culpa —trató de evadirla.
Pero su mirada suplicante lo estaba haciendo dudar.
Sus pensamientos se fueron directo al día que dejó a Mónic con Caleb en el jardín de su casa. No había re