Tal como lo prometió Theo, tan pronto salió el sol, ya estaba hablando con Patricia para que ella llevase a Anya de compras. Patricia era la encargada de su atuendo, así que ¿Quién mejor que ella para este tipo de cosas?
Por la mañana, el ama de llaves de Theo preparó para desayunar y salió a casa.
Hoy era un día para pasar en familia; así que, Theo le había dado al menos una semana para descansar, ya él vería cómo se las arreglaría tal como cada año.
El hombre leía atentamente las noticias en su tablet cuando apareció la delicada silueta de Anya, vestida con leggings calentadores y camisa de franela.
Él la miró y, en su mente, sonrió, pues esa era la chica que él conocía, la chica despreocupada que poco a poco se iba haciendo cargo de su vida.
- ¿Ya desayunando? -pregunto ella curiosa.
- Solo estaba tomando café, té estaba esperando para desayunar… -dijo Theo, cerrando la pantalla de su Tablet. – Hoy tengo que salir a firmar unos documentos y cheques que deben ser enviados. La cena es