Tan pronto Thiago dejó a Gabriel en su casa, el hombre llegó y simplemente esperaba un poco de paz y tranquilidad, pues aún no podía concebir el terrible final de Liliana Cedeño.
- ¿Dónde demonios estabas, Gabe? Te he estado esperando por horas, se supone que íbamos a ir a cenar, ¿Por qué demonios no te dignaste siquiera a llamarme?
Gabriel llevaba la mente en otro lugar, no recordaba que hoy había quedado con Frida ir a cenar, pero ¿Qué le podía decir? ¿Era necesario que ella supiera lo que estaba ocurriendo?
- Perdona, acompañé a Thiago al SEMEFO y la verdad es que perdí la noción del tiempo. -dijo Gabriel entre la verdad y la mentira.
- ¡Tuviste que haberme avisado! Si no podías venir, al menos yo hubiera salido a cenar con mis amigas…
- ¿Acaso no has visto las noticias? -preguntó Thiago, sorprendido ante la respuesta de su esposa.
- ¿Qué? ¿Lo de Liliana? ¡Ah, sí! Ella no es mi familia, ¿Por qué debería detener mi vida? La mujer ya murió. ¿Y? ¿Qué con preocuparme le voy a devolver