Thiago llevó a casa a Gabriel, pues luego de ver lo que se supone eran los restos de Liliana, el hombre definitivamente no pudo conducir, pues seguía en shock.
El hombre, luego de dejar a Gabriel en casa, pensó en regresar al hospital, pero, con todo lo que estaba sucediendo, no se sintió con ganas de hacerlo, por lo que le habló a su madre y le dijo que iría a casa por algunas cosas.
La noticia se podía ver por todas partes, por lo que al llegar al hogar que compartía con Dayana y su hijo, era más que obvio que la mujer le preguntaría lo que estaba sucediendo, puesto que en todo el día, él no le había dicho nada.
- ¡Thiago! -escucho el hombre en el mismo instante en que la puerta se abrió.
La casa estaba a oscuras, solo se veía la tenue luz del televisor que estaba en la sala de estar.
- ¿Qué haces despierta tan tarde? Deberías haber ido a la cama… -dijo Thiago, avecinando lo que sucedería.
- ¡Dime que no es verdad! ¡Por favor…! ¡Dime que todo esto se trata de un error! -dijo Dayana