- ¡Dios! ¡Dios! ¿Qué hago? ¿Qué hago? -decía mientras daba vueltas por toda la habitación.
Luego de dos o tres horas de pensar en que podía hacer, Liliana comenzó a entrar en desesperación y un montón de ideas le llegaron a su mente.
- ¡No! ¡No debí salirme! ¡No! ¡No puedo! ¡No puedo! ¡Mi padre tiene razón! ¡Soy una inútil! ¡Soy una inútil! Ahora que me encuentre, me encerrará, jamás podré volver a salir. -dijo Liliana entre lágrimas.
Si algo tenía Luis Cedeño, era que podía meterse tan profundamente en la cabeza de alguien, tal como lo que ahora le sucedía a Liliana en ese momento.
Liliana tomó asiento en el sofá que estaba ahí y no supo en qué momento se quedó dormida.
Con los rayos del sol, Liliana despertó. Por un momento se asustó al no reconocer el lugar, pero en minutos recordó todo lo que había sucedido.
Liliana había descansado y con ello, algo llegó a su mente.
- Theodore Howard 00 +1 212 XXX XXXX
Recordó lo que un día su tía Mina le dijo:
- Lili, yo no puedo ayudarte, no te